Moncloa monta un ‘baño de masas’ a Sánchez en un pueblo de 600 habitantes tras los abucheos de Salamanca

Sánchez Calvarrasa
Pedro Sánchez y Luis Tudanca comparten terraza de un bar con otros militantes socialistas.
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

Tras el fiasco que supuso para Moncloa el recibimiento del presidente del Gobierno Pedro Sánchez ayer en la Conferencia de Presidentes al grito de «¡traidor!»,  así como los innumerables abucheos del público congregado en la Plaza Mayor de Salamanca, el gabinete del jefe del Ejecutivo puso tierra de por medio y le organizó un baño de masas en Calvarrasa de Arriba, un pueblo salmantino de tan sólo 600 vecinos.

De esta manera, lograrían lo que no habían conseguido horas antes, que fuera aplaudido, que le solicitasen selfies -como si de Ayuso se tratase- y resarcir una imagen maltrecha ante una ciudadanía que está cansada de su gestión política o de permitir el chantaje de los independentistas como sucedió con la aprobación de los indultos.

El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el líder del Partido Socialista en Castilla y León, Luis Tudanca, se reunieron el viernes en esta localidad salmantina de Calvarrasa para, según las fuentes consultadas, «mostrar su compromiso con el medio rural».

Sánchez y Tudanca fueron recibidos por el alcalde del municipio, Julián Mateos, y les acompañaron la vicesecretaria general del PSOE de Salamanca, Carmen Ávila; y el diputado por Salamanca, David Serrada, así como el delegado del Gobierno en Castilla y León, Javier Izquierdo.

La visita del presidente del Gobierno a esta localidad se produjo tras la celebración de la XXIV Conferencia de Presidentes, en la que Sánchez tuvo que volver a los futuristas anuncios como la compra de millones de vacunas para alcanzar la inmunidad de grupo -que va retrasando ya desde su primer anuncio en mayo- o la llegada y reparto de fondos europeos para la recuperación de la economía tras el azote que ha provocado la pandemia de la Covid.

Este municipio no fue escogido al azar, puesto que desde hace varias legislaturas el Partido Socialista gobierna su Ayuntamiento y todo hacía presagiar que no sufrirían un nuevo traspié topándose con nuevas frases contra el presidente del Gobierno como pasó en Salamanca.

Así mismo, pudo conocer de primera mano el sentir popular de los vecinos de este pueblo recorriendo sus calles, charlando con cuantas personas se encontraba, además del compartir un refrigerio en uno de sus bares para contrarrestar el calor del verano.

El malestar de sus barones

La Conferencia de Presidentes de Salamanca del viernes volvió a poner en el escenario político el trato de favor de Pedro Sánchez a Cataluña y el País Vasco en materia económica y fiscal, lo que volvió a escenificar el malestar de los barones socialistas.

Desde hace meses, varios presidentes autonómicos socialistas han mostrado su contrariedad con el aparato socialista nacional por los complicados movimientos del PSOE como los indultos a los presos del procés. Así, el manchego Emiliano García-Page, el que más ha levantado la voz contra estas situaciones, ha sido respaldado por otros barones incómodos con algunas decisiones de Moncloa.

No es extraño, por lo tanto que, tras el difícil devenir del día para el  presidente del Gobierno, quisiera encajar en los selfies de los vecinos y ser por fin protagonista, aunque fuera en un pueblo de tan sólo 600 habitantes.

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